política europea y americana no buscó la hegemonía sino el equilibrio de poderes. Ahora bien, la política del equilibrio de poderes correspondía a otra etapa de la historia mundial; ni la Gran Bretaña ni las otras grandes potencias europeas tuvieron que enfrentarse a un Estado como la URSS, cuya expansión imperialista está inextricablemente aliada a una ortodoxia universal. El Estado Burocrático Ruso no sólo aspira a la dominación mundial, sino que es una ortodoxia militante que no tolera otras ideologías ni otros sistemas