una ortodoxia universal. El Estado Burocrático Ruso no sólo aspira a la dominación mundial, sino que es una ortodoxia militante que no tolera otras ideologías ni otros sistemas de gobierno. Si en lugar de contraponer la situación internacional a que se enfrentan hoy los Estados Unidos con la que prevalecía en Europa durante la segunda mitad del siglo pasado, pensamos en la Roma del final de la República, la comparación resulta aún más desfavorable para la democracia norteamericana. Las dificultades de los romanos del