, como de muchacho...! Es decir -vacila el viejo, no sabiendo entenderse a sí mismo--, de muchacho, sí; pero inocentes, no, sino atractivas. «¿Qué me pasa? », se asombra de nuevo. «Eso siempre lo tuve muy claro: una hembra es una hembra y un tío es un tío; lo demás a la basura. De modo que esto... » Recuerda, inquieto, aquel día en que sus propias