mejor, ¿por qué no le contaba más historias de los parientes del abuelo? Aquella mañana supo que un antepasado del abuelo del siglo XVI, Alfonso Rodríguez de Navascués, había vivido veintidós años en el Nuevo Continente, de donde regresó sin tres de los dedos de una mano, pero seguido de un nutrido cortejo de siervos indígenas que transportaban su incalculable fortuna. El árbol genealógico del abuelo se remontaba, sin embargo, a tiempos mucho más antiguos (enlazaba incluso con el