, en caso de haber sido sorprendidos y sacrificados en mitad de un sueño diurno, parece ser la más apropiada para la nutrición de los tiernos dragones recién nacidos. Lo que no mucha gente sabe es que, si el dragón padre regresa a la cueva sin haber conseguido la presa deseada, suele, avergonzado por su fracaso a la vez que conmovido por el hambre de las crías, quitarse la vida golpeandose la cabeza contra las rocas y ofrecerse él mismo como