atajó a Emilia con la inquietud pintada en su hermoso semblante--. Si lo que dices es cierto, y estoy segura de que no lo es, pero en los sentimientos no se manda y algo más poderoso que la razón me induce a creerte, es posible que nos enfrentemos a una cosa mucho peor que la simple interferencia de un programa televisivo, a lo que, por cierto, bien acostumbrados estamos. --Explícate --dije. Ahora era ella la que se