se el Año Nuevo ante la televisión, como toda Italia. El viejo consigue aguantar hasta medianoche gracias a que, a escondidas, toma el sedante recomendado por el profesor para los trances más agudos. Tras las felicitaciones y los besitos se retira inmediatamente a su cuarto, cuando empieza a hablar el Papa, y despliega el sofácamá, pero no se duerme. Sabe que la medicina le adormecerá, impidiendole despertarse de madrugada, y por eso decide ver a Brunettino antes