Escribía todos los detalles y nos los hacía repetir... Por eso le mataron, por cumplir la orden aunque las cosas se presentaron de otro modo... No es bueno calcular demasiado.» El viejo acepta la buena bufanda, pero sigue reteniendo la vieja en su mano, vacilando. Como cuando los aldeanos en la consulta del abogado -piensa Hortensia- no saben qué hacer con el sombrero. -No necesitas tirar la vieja, hombre... ¿Te la guardo yo ?...