«¡Haré un periódico!», exclamó. Sí, qué buena idea: sería periodista, como Tintín y como su madre. El abuelo dijo así empezaron muchos escritores geniales, y le explicó cómo funcionaba la imprenta de juguete, cómo tenía que distribuir los tipos en los diferentes cajetines y ordenar las letras en la galera. Antes de dejarle solo, le dio una palmada afectuosa en la espalda y recordó que también él le había comprado un juguete parecido a su