) Trátela con dulzura, Rufina. Sólo es una chiquilla y necesita su cariño. RUFINA.- (La mira con rencor.) El cuello pongo a que ha sido en el teatrito de usted. ROSA.- ¡Se equivoca! RUFINA.- Y usted, como aquí: de encubridora. Entretanto, yo pido por las calles. ROSA.- (Suspira.) Comprendo su disgusto y le perdono esas palabras. NÉSTOR.- Y usted comprenda, Rufina