lo imposible. NÉSTOR.- [ (Le apresa un brazo.) No pretendas ganártela con halagos. ] (DIONISIO [ consigue desprenderse y ] va a sentarse al extremo derecho de la mesa.) [ Ella debe afrontar la verdad. ] (Los dioses oscuros de Ernst comienzan a refulgir.) Rosa, Carmela ya no existe, y esa pena hay que asumirla. Yo la sufro más de lo que crees. A veces, cuando no me