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y la autocrítica. Y ya se sabe: quien dice crítica, dice cambio. La transformación de la filosofía crítica en ideología progresista se realizó y alcanzó su apogeo en el XIX. La crítica racionalista barrió el cielo ideológico y lo limpió de mitos y creencias; a su vez, la ideología del progreso desplazó los valores intemporales del cristianismo y los transplantó al tiempo terrestre y lineal de la historia. La eternidad cristiana se convirtió en el futuro del evolucionismo liberal. La diferencia |
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