menor autocontrol.» Cuando era niño, su abuela solía decirle: «Las personas educadas no lloran.» Él deducía, o quizá imaginó más tarde que lo deducía, que la abuela quería decir: «Los poderosos no lloran.» Sólo los pobres, los harapientos, los que no comen, los débiles, pueden llorar. Porque, a fin de cuentas, ¿por qué van a llorar los que lo tienen todo? Genoveva y la abuela pertenecían a
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LLORAR - Derramar lágrimas por cualquier causa: pena, dolor, alegría, rabia o similar