y el tío movían la cabeza al salir de su cuarto, y una vez --David lo había oído-- comentaron: mal asunto, muy malo; mal arreglo...» Pasaron varios días antes de que el padre tuviera ocasión de nombrar el viaje. Estaban los dos solos. La madre se movía por la casa, persiguiendo errores de la chica en una vigilancia --ineficaz y abusiva, decía el padre-- por dormitorios y pasillos. --¿Te gustó Madrid? --