bromeando de su alegría. Así es que añade: -Y, además, 'U Signura manda viscotti a cui 'on ava denti... ¿Recuerdas nuestro dialecto? -¡Usted aún tiene dientes para morder ese bizcocho! -replica Renato, redoblando el júbilo del viejo, que mientras tanto saca la sartenada de migas y la planta en medio de la mesa. Así se abre un portalón al campo en la memoria del hijo y entran por él pastores y castañares,