su puesto, ¿cómo no había de estar? En el primer recodo monte abajo, junto al olmo de la ermita, esperando con su sempiterna ramita verde en la boca. El viejo hizo parar el coche y se apeó, exclamando alegremente: -¡Hermano!... ¡ Vaya con el Ambrosio!... ¿ También tú vienes como todos a preguntarme por qué me marcho ? -¿ Cuándo he sido yo tonto ? -replicó Ambrosio con fingida indignación-. ¡
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EXCLAMAR - Decir o hablar con intensidad y vehemencia