la abolición del futuro sólo que, a diferencia de ellos, no podríamos siquiera ver ese impensable acontecimiento. En verdad, nuestra suerte sería -siniestra simetría- exactamente la contraria a la suya: muerte eterna. Así, nuestra época realizaría hasta el fin su destino: ser la negación del cristianismo. Los Estados Unidos son parte -y parte esencial- de la crisis general de la civilización; asimismo, comparten con los rusos la responsabilidad atroz de acabar con la especie humana