museo, el día en que descubrió la estatua de los dos guerreros. Se asombra: por primera vez no le irrita una mujer con pantalones. Brunettino alborota desde su cunita. El viejo llega primero, Simonetta le pisa los talones dedicando palabras dulces al pequeño, Anunziata se siente de más y vuelve a sus tareas. Así es que Brunettino vuelve a encontrarse, como aquel día, acurrucado contra los pechos de la muchacha y, como si lo recordase, reproduce en
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DEDICARII.1 - Escribir o pronunciar o hacer [algo] [a alguien] como señal de afecto, agradecimineto o admiración