. Cuando se sienta en la cuna y le entregan juguetes, acaba tirandolos fuera enérgicamente y los señala: no para que se los devuelvan, como antes pretendía, sino para que le coloquen entre ellos. Incluso a veces se aferra a la barandilla de la cunita y se asoma de un modo que obliga a estar pendiente para que no bascule por encima y se caiga al suelo. -Tu madre dirá --continúa el viejo-- que así vas dependiendo menos de ellos