oír. A su oreja llega lejana esa voz, contandole lo que en sus deseos ya ocurrió hace mucho tiempo... Estalla un globo en su pecho, pero cuelga maquinalmente. Sin haberse dado cuenta, Renato y Andrea han acudido a su lado. Les mira: -Reventó -pronuncia lentamente-. Palmó. La cascó. A los hijos les asombra esa frialdad. A él también le extraña que, de repente, lo tan ansiado parezca recuerdo de cosa ya