meAh, Bruno, Bruno! -exclama feliz-. ¡Qué -alegría, oírte tan guerristón! -Ya lo creo. Como que Andrea se empeñaba en que me acompañara Simonetta y la he mandado a paseo. ¡Figurate! ¿Iba yo a venir a tu casa con niñera? Hace una pausa, mirandola inquisitivo por si ella sospecha y, ya tranquilizado, continúa: -Quieren operarme, ¿ sabes ? Pero no me dejo.