, ya no dudas de mí! Los susurros le agotan el aliento. Se recobra: - ¡ Lástima perderme el hospital, no creas! Una operación decente ya me la he ganado y ese médico es el mejor. ¡ Figurate que llevo cuarenta años pagando el seguro sin hacerles gasto! Dinero perdido, para engordar a los comesopas del Gobierno. En tanto tiempo nunca enfermo; nada, ni una muela en el dentista, ni una aspirina. Solamente el