un agujero de bala, será su mortaja. -¿Necesita algo más? -pregunta al fin Renato. Necesitar, necesitar... ¡Todo y nada! Le sobra cuanto ve y, en cambio, ¡desearía tanto! Le apetece, sobre todo, un largo, largo trago de vino, pero del tinto de allá, recio y áspero, para gargantas de hombre; el de Milán será pura química... ¿ Con qué podría quitarse el mal sabor de boca