Es dura, dura, dura...», pensó Julián. La mujer se volvió y lo miró, y él se sintió amenazado por aquellas pupilas brillantes, traspasado por aquellos círculos diminutos y grises. --Tú estás como siempre --afirmó Genoveva una vez terminada la investigación. --No sé si eso es bueno o malo --dijo Julián. Ella eludió la respuesta y continuó: