, piensa el viejo, asombrandose de tener tales ideas. -No, todavía no hemos hecho el amor. No sé por qué... -y, súbitamente seria, continúa-. No habrá llegado la hora... No queremos empezar de cualquier modo. Romano dice que el principio no hay que estropearlo. Pensamos hacer un buen viaje los dos cuando tengamos dinero... ¡Ya nos desquitaremos, ya! -prosigue, nuevamente alegre-. ¿Cómo dices? -