su propia tripa... » ¡ Qué salvaje!... Perdona; todavía me sofoco al recordarlo... Mira, te lo confieso, se me pasó toda la compasión que me inspiraba tu padre. -No le interesa la compasión -murmura Renato. -Me quedé indignada. ¡ Pobre hombre, qué ignorancia más cerril! Te lo tengo dicho, Renato: mientras no eduquemos al Mezzogiorno Italia no levantará cabeza.