viejo se conmueve. ¡La zía Panganata, Tortorella, aquellas madres de Roccasera...! El niño también percibe el calor del gesto y se instala como un gatito entre los pechos y los brazos que le estrechan. Con una manita rodea el cuello de la muchacha, mientras tiende la otra hacia el viejo, que se le acerca hasta sentir el bracito en torno a su cuello. El chiquitín aprieta y ríe. ¡Ese otro olor, junto al de Brunettino; esa
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RODEAR.2 - Ir o poner(se) alrededor de [algo o alguien]