Texto contextualizado: |
Inmóvil durante media hora para ser radiografiado en serie, llega casi a adormilarse. Hasta olvida las ganas de fumar, como vaciado de sí mismo. Aunque algo le pesa dentro: la papilla ingerida por la mañana, que le hace odiar mejor los comistrajos farmacéuticos administrados al pobre Brunettino. Precisamente aquella mañana el niño se había negado en redondo a tragarse las dichosas cucharadas y Anunziata acabó desistiendo y volviendo a sus limpiezas. El viejo aprovechó para darle clandestinamente al niño un |
SON:071.06 |