pinta, la recorre de cabo a rabo, que no se maltrate, que no se enmohezca, que ningún gozne permanezca olvidado, que cada una de sus piezas esté aceitada. Cuando un muchachito entró de ayudante, de chícharo, exclamó al ver los montones de grasa negra: "¡Qué trabajo tan puerco!" Pancho le respondió: "¡Sácate de aquí, roto, hijo de la chingada!" y no lo bajó de maricón. Los demás rieleros
DIE:077.22
EXCLAMAR - Decir o hablar con intensidad y vehemencia