se esto no es para usted". Cuando el censo le preguntaron a Ausencia: --¿Casada, señora? --¡No he conocido hombre! Y no quiso contestar ya nada, como la virgen. Cueva cerrada. Hubo que inventarlo todo, hasta el nombre de sus padres. --Abuelita, contestame, todo ha quedado igual como tú lo querías. Todo está en su lugar y nosotros posamos como en una fotografía antigua. Tus retratos amarillentos de Wagner