el cuello, Diego, Diego, Diego a quién tanto amo. Tu Quiela 22 de julio de 1922 Parece haber transcurrido una eternidad desde que te escribí y sé de ti Diego. No había querido escribirte porque me resulta difícil callar ciertas cosas que albergo en mi corazón y de las cuales ahora sé a ciencia cierta que es inútil hablar. Tomo la pluma sólo porque juzgaría descortés no darte las gracias por el dinero que me has enviado. No lo hice por
DIE:057.04
CALLAR.1 - No hablar o dejar de emitir algún sonido.