alertar a la Gestapo; nuestro convoy saldrá a las tres de la mañana y si no lo logramos estaremos bajo el control de las autoridades españolas y de la policía. Acabamos en Jaca, éramos miles entre extranjeros y presos comunes. Dormíamos en el suelo. A Hardouin no le picaban los piojos, pero yo pasaba la noche sin dormir; me rasuraron la cabeza dos veces, qué digo, tres; la tercera unos días antes de que saliera de la cárcel; Hardouin