tarde, la misma soledad o la misma insoportable compañía. Necesitamos creer que va a suceder algo. Nos lo promete la luz que hemos estado acechando durante tanto tiempo, la luz que se acentúa cuando la rabia rompe el lápiz que usamos para borrar la última fecha... Algo me va a ocurrir en Méjico, me digo. Mientras tanto, entro y salgo, camino, subo y bajo, y el día de mi viaje haré pedazos la última hoja del calendario. Y