¿Quién es usted --dije dirigiendome al vacío-- y qué quiere de nosotros? --Lo que quiero --respondió la voz-- lo tiene usted entre las piernas. Podría haber dicho simplemente "el maletín", pero he usado con toda deliberación esta frase de doble sentido para darle una nota desenfadada a la entrevista. En cuanto a mi identidad, a la naturaleza de mis actividades y a cuanto sirva para esclarecer este embrollado caso, voy a darles,