de su sala; aquella sala dedicada hasta los últimos días a tu bellísimo arte. »Había también otra sala en el piso de abajo que adquiría vida en invierno. Era de proporciones reducidas, pero en ella había una chimenea que tiraba muy bien. Era una sala que se calentaba pronto, en contraposición con las habitaciones de arriba, ahora más espaciosas y no siempre fáciles de calentar después de las reformas. ¡Cuántas inolvidables veladas, Francesca, al calor del fuego,