equipo electrónico --dije yo. --Allá se las compongan -- dijo él encogiendose de hombros. Yo ya les he dicho que no vayan. Si no quieren entender, culpa mía no habrá sido. --¿Por qué nos desaconseja que vayamos al monasterio? --quise saber. --Mire, señor, yo no desaconsejo ni dejo de desaconsejar. Yo soy el tabernero del pueblo. El verano pasado estuvieron aquí mismo, donde están ustedes ahora, unos franceses. Tres