de nuestro siglo. ¡Cómo supo adelantarse a los acontecimientos! Comprendo su emoción y la comparto, capitán. Realmente, este gran viejo salvó a Francia, salvó su honor, recobró para ella la grandeza perdida. Señora, perdoneme, no la había visto; es por la emoción de saludar a su marido, siempre me conmueve su presencia y con mayor razón ahora, un héroe de guerra, mire nada más cuántas condecoraciones: las de dos ejércitos ¿verdad