de nuevo las masas sombrías de los montes. A pancho le gusta asomarse afuera de la locomotora y ver cómo, hacia atrás, todo regresa a la vida; los arbustos de vegetación cerrada resucitan, transfigurados, fantasmales, se persignan deslumbrados ante la luz. Después, la noche los traga, inmensa y hosca como ese ejército de árboles que se despliega sobre centenares de kilómetros a la redonda con quién sabe qué secreta estrategia de guerra. Entre tanto, los vuelos entrecruzados
DIE:061.17
PERSIGNAR - Hacer la señal de la cruz sobre frente, boca y pecho y luego santiguarse.