la chimenea del cuarto. »Pero pasaron, como una pesadilla, aquellos momentos. Dormimos de un tirón toda la noche y, al día siguiente, cuando yo me desperté, ya estabas peinandote junto a la ventana abierta y sonreías; sonreías a pesar de que el cerco de los ojos se te hubiera ahondado en las últimas horas. ¿Todo había sido un mal sueño? ¿Un mal sueño tu silencio, tu mirada perdida? ¿Cómo hacerte preguntas cuando
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SONREÍR.1 - Reír suavemente, con el gesto pero sin emitir sonidos