Luego, sin ver al viejo a su espalda, entra por la via Salvini hacia su tienda. El viejo sonríe anchamente. «¡Vaya, vaya, vaya con la señora Maddalena...! ¡Así ya se comprende!» El viejo, paseando más allá de los jardines, llega hasta una gran plaza con un monumento en el centro: una figura ecuestre en lo alto de un imponente pedestal con alegorías de bronce a los lados. «Esa gorra y esa barba
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SONREÍR.1 - Reír suavemente, con el gesto pero sin emitir sonidos