tuvo obligado, el Macao, se convertía ahora en un enemigo temible. Porque, sin duda, ése era el portal que velaba el ojo del laberinto, y si al entreabrirse cruzaba con él sus ojos, este azar bastaría para señalarle y desatar contra él a los perros de la noche. Volvió a ponerse en marcha, felicitandose por su anterior renuncia a tomar aquella copa y fumar aquel cigarro pero temiendo a la vez desembocar de pronto ante la linterna inconfundible
MIR:078.22
SEÑALARI.1 - Apuntar hacia [alguien o algo] con la mano o de otro modo, para llamar la atención sobre ello