plaza --a la vida, a la normalidad--, pero siempre nos aguardaba al final el regreso por la ciudad completamente vacía a nuestro nido de sombras, Francesca. El regreso a aquel barrio de callejones y de palacios que nos saludaba con el enrevesado perfil de San Sátiro, templo de muy compleja planimetría. Penetrábamos por Via Falcone en aquel laberinto de opulencias en descomposición, de ruinas sublimes, de iglesias que nada sabían de la Divinidad. Mascarones, capiteles, patios,
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SALUDAR - Decir palabras de cortesía en el encuentro o despedida