creo que heredé de ti no sólo tu rostro, teñido con los colores de mamá, sino también tu enorme capacidad para la desesperación y, sobre todo, para el aislamiento. Aun ahora, cuanto mayor es la soledad que me rodea mejor me siento. Y, sin embargo, me encontré tan abandonada aquella noche. Nunca olvidaré la impenetrable oscuridad que envolvía la casa cuando tú desapareciste. Yo tenía quince años, y miraba a través de los cristales de mi ventana.
SUR:006.29
RODEAR.3 - (fig.) Estar incluido [en la esfera personal de alguien]