selo iba a lanzar a mí -dijo el acusado- lo golpeé con un martillo de mango largo. No le di diecisiete navajazos. Debieron de ser cuatro. Después estaba nervioso, le eché una sábana o una cortina encima y me marché". Explicó que le cogió dinero a su primo y se fue a Barcelona. El acusado negó que hubiera hurgado en los bolsillos al anciano y que hubiera estado registrando la casa. Declaró que no tenía intención de matar al