cine" Borges comenzó a ocuparse del cine en 1929, años de tránsito desde las películas mudas a las sonoras. El libro editado por Novecento recoge la defensa del "nuevo cine" hecha entonces por el escritor argentino, que afirmaba que el "cine mudo no ha existido nunca" (porque un pianista acompañaba siempre las proyecciones), mientras el sonoro "introduce un nuevo valor: el valor del silencio". "Film" lleva una larga introducción firmada por Jean