semanas junto a otra persona vagabundeando por la localidad. El fallecido pedía limosna en la calle y en los establecimientos públicos. En varias ocasiones había acudido a las dependencias de la policía local en busca de ayuda. Desde allí se le invitó, en una ocasión, a que se dirigiera al asilo de Cambados para que le proporcionaran comida y un lugar donde guarecerse. Se da la circunstancia de que hace unos tres años, en la misma parroquia de Vilariño, se cometió otro