moral del poder, la coerción, las instituciones, la autoridad y el uso de la fuerza; es entre los deshilachados flecos de los márgenes jurisdiccionales donde toda vigencia se enrarece y se altera y donde están los entredichos que es preciso afrontar. Si a la conciencia no se la deja llegar hasta ese punto y se le impide abarcar la extralimitación, la prevaricación, el fallo, forzandola a soltar y excluir la catástrofe de la institución, como algo que no se acepta