Para mí sería no sólo un honor, sino un placer --que muchas veces significa más-- compartir con vos una misa, ya que es voluntad de la Divina Providencia que no comparta un banquete. Inmediatamente después de terminar la misa regresaríais a vuestra cámara. (Se acerca a Lorenzo.) Creo, Lorenzo, que es para todos beneficioso que, por lo menos una vez, el pueblo de Florencia nos vea a los tres juntos. Vos sois Lorenzo de Médicis;