con mucha soltura, que contrasta con la rigidez de Montesecco.) BAGNONE.- Voy a comprobar la disposición de los bancos. Regreso en seguida. (Se aleja.) (Montesecco está de nuevo entregado al ambiente que le rodea. Llama su atención un cambio de tono en las voces que vienen del coro. Maffei se ha incorporado y está de pie junto al muro.) MAFFEI.- Levantaos, Cassola. (Montesecco no atiende, y Maffei le toca