todos y gastarían coñas, y a la mínima puedo matar a alguno, así que... Te quedas aquí un rato, te fumas un pitillo y luego entras como si nada. ¿De acuerdo? (Le besa suavemente y se aleja hacia la oscuridad. Antes de desaparecer del todo, se vuelve un momento hacia él con una sonrisa triste.) ...¿Sabes qué te digo? Que me has puesto en guardia, que a mí no me van a hacer apretar